viernes, 24 de junio de 2011

AMORES VEDADOS


Amores vedados, navíos en cuyas quillas yace encallada
la dulzura del beso clandestino,
fruta almibarada navegando a la deriva
en las aguas salobres de dos cuerpos,
amores de marinero, uno allá en cada puerto,
marejadas de salitre lustrando pieles
en combustión permanente,
tersas, húmedas pieles,
doradas como el sol del mediodía
o pálidas como la luz de la albura.

Amores vedados, flores de jardín prohibido,
las flores que yo cultivo:
madreselvas y amapolas silvestres, 
de ignota fronda,
nacidas en la espesura;
azaleas y adelfas,
lacayas de mi terneza;
jacintos, lirios, narcisos,
bendecidos por las aguas;
tulipanes, flores rojas
que despiertan mis rincones
sedientos de su impudicia;
calas blancas, ataviadas de novicia
para extraviar su inocencia.

Amores vedados, timoneles de bajeles bucaneros,
jardineros sin guadañas ni tijeras.
Amores vedados, flores, barcos.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Desnudo con alcatraces (calas)”, 1944, Diego Rivera
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